Artesanía
Donde el tacto humano se encuentra con la belleza atemporal
Cada pieza de Kikyo no comienza con una máquina, sino con un par de manos firmes.
Nuestros artesanos aportan décadas de experiencia —enhebrando cada perla, puliendo cada broche— hasta que lo invisible se vuelve perfecto.
No se trata solo de artesanía; es devoción hecha visible.
Seleccionar lo mejor de la naturaleza
Cada perla Kikyo pasa por más de diez etapas de cuidadosa selección, en las que se evalúa su brillo, profundidad del nácar, simetría y tono.
Nuestros especialistas seleccionan personalmente a mano las mejores perlas Akoya japonesas y de fuentes de agua dulce chinas, asegurando que solo una de cada cien cumpla con nuestros estándares.
El resultado es una colección de perlas que irradian belleza natural, armonía y una fuerza serena.
El arte de enhebrar
Cada collar está anudado a mano entre cada perla, una técnica centenaria que protege y conserva.
Este meticuloso ritmo de “anudar, respirar, pulir, repetir” garantiza no solo la durabilidad, sino también la elegante caída y el equilibrio que definen una pieza de Kikyo.
Cada nudo lleva consigo el cuidado del artesano; cada hebra, una promesa de resistencia.
Diseño en diálogo
Cada diseño comienza como una conversación: entre Oriente y Occidente, entre diseñador y artesano.
Nos inspiramos en el principio japonés del ma (la belleza del espacio vacío) y lo refinamos con el minimalismo moderno.
A través de innumerables bocetos y prototipos, buscamos el equilibrio donde la simplicidad se encuentra con la emoción, y donde la forma se convierte en poesía.
Un oficio que trasciende generaciones
La verdadera artesanía requiere tiempo, no solo para crear, sino también para perdurar.
Cada pieza de Kikyo está pensada para ser más que una joya; es una historia moldeada con paciencia y transmitida de generación en generación.
En el suave brillo de cada perla reside el legado del tacto, el cuidado y el tiempo: la esencia de la belleza perdurable de Kikyo.